No es raro ver en las recetas de las pacientes en tratamientos de reproducción heparinas y ácido acetilsalicílico. ¿Por qué? podríamos preguntarnos. Pues bien, una de las potenciales razones es prevenir el síndrome antifosfolipídico.
¿Qué es el SAF?
El síndrome antifosfolipídico es una enfermedad autoinmune en la cual existen en la sangre unas proteínas anormales llamadas anticuerpos antifosfolípidos que atacan las células de la sangre y los tejidos que recubren los vasos sanguíneos produciendo coágulos en venas y arterias.
Afecta 40-50 personas de cada 100.000 siendo una de las dianas más frecuentes las mujeres jóvenes gestantes. Los coágulos pueden afectar a cualquier parte del cuerpo dependiendo de donde se formen, incluso llegando a afectar al desarrollo embrionario.
En el caso de mujeres embarazadas se ha visto que este síndrome podría ser el responsable de abortos espontáneos y preclamsia precoz. También está asociada su presencia en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES).
No se sabe una causa exacta pero está involucrada tanto una parte genética como otros factores que pueden afectar y predisponer a que se desarrolle la enfermedad. Se puede tener anticuerpos pero no SAF y que los siguientes factores desencadenen la formación de coágulos de sangre.
Causas:
- Tabaquismo
- Sedentarismo prolongado o encamamiento
- Embarazo
- Terapias hormonales
- Enfermedad renal
- Cáncer
- Infección
En este caso nos centraremos en el embarazo, ya que un número importante de abortos se deben a este problema.
Criterios para sospechar de un síndrome antifofolipidico obstétrico:
- Pérdida fetal inexplicada antes de la 10ª semana de gestación
- Pérdida recurrente de 3 o más embarazos antes de la semana 10
- Preclamsia precoz grave
Profilaxis ante el riesgo de aborto por SAF durante el embarazo
- Acido acetilsalicílico a baja dosis, actúa como antiagregante plaquetario. Se usa como profilaxis desde la búsqueda del embarazo y durante la gestación.
- Heparina de bajo peso molecular, fármaco anticoagulante de fácil manejo y administración subcutánea. Con pocos efectos secundarios. La administración puede comenzar cuando se confirma el embarazo y mantenerla durante la gestación a dosis individualizada, incluso unas semanas tras el parto.
- Hidroxicloroquina, antimalárico que se usa en el tratamiento del Lupus eritematoso sistémico. Tiene propiedades antiinflamatorias y antiagregantes. Se han descrito resultados positivos a dosis de 400mg en gestantes con LES.
En casos más difíciles y siempre que el profesional lo considere y prescriba (al igual que los mencionados anteriormente) se pueden administrar corticoides (Prednisona 10mg) e infusiones de inmunoglobulina (IVIG). Sin embargo, de momento no hay estudios suficientes.
Podemos hacer hincapié en la necesidad de diagnosticar de forma precoz la presencia de anticuerpos antifosfolípidos, asi como el síndrome antifosfolipídico en pacientes con antecedentes vasculares o de pérdidas gestacionales. De esta forma se podrá pautar una profilaxis anticoagulante y evitar los posibles problemas obstétricos que derivan de esta enfermedad y sus consecuencias tanto físicas como psicológicas en las gestantes.
¡Por supuesto, siempre acudir a una especialista y antes cualquier duda preguntar!
Isabel Saulappe – Farmacéutica