Temas de salud

Toxiinfecciones alimentarias. Gastroenteritis y diarreas del viajero

16 agosto, 2016
diarrea

¡Estamos en temporada estival! En esta época es habitual sufrir las temidas infecciones alimentarias.  Las toxiinfecciones alimentarias intentaran estropearnos los ansiados días de vacaciones, donde lo que más deseamos es salir de casa, tomarnos el aperitivo en el chiringuito y comer en el restaurante mientras los rayos de sol nos recuerdan que no tenemos obligaciones durante unos días.

Pero, ¿qué son las infecciones alimentarias?

Son las enfermedades debidas al consumo de alimentos contaminados con microorganismos patógenos o toxinas. Los gérmenes que nos podemos encontrar son muy variados: Salmonella, E.Coli o C.Botulinum entre otros. Aunque todos ellos provocan síntomas muy parecidos entre si. Presentan un periodo de incubación corto, entre 18 – 36 horas, y se caracterizan por el molesto síndrome gastrointestinal, formado por diarrea, vómitos y dolor abdominal. En muchas ocasiones acompañado de fiebre.

La gran conocida es la Salmonella, causante de la Salmonellosis, producida principalmente por consumo de huevos, productos lácteos, pescados, crustáceos y moluscos.

Lo que sabemos sobre estas infecciones, es que todos los años, principalmente en verano, nos encontramos con ellas. Eso es debido generalmente a que cometemos algunos errores en la preparación y/o conservación de los alimentos, que provocan un alto porcentaje de casos en estas fechas.

Los errores más habituales son:

  • La preparación de los alimentos con mucha antelación
  • La conservación de los alimentos preparados a temperatura ambiente
  • Una cocción insuficiente
  • Contaminación cruzada
  • Personas infectadas que manejan los alimentos

Prevención

Y os preguntaréis, ¿existe alguna forma de evitar que nuestro moreno veraniego se pierda por tener que estar en casa debido a una diarrea? pues la respuesta es ¡SI!

Solo necesitamos seguir algunos consejos:

  1. Mantener la limpieza: Lavarse las manos para evitar infecciones
  2. Separar los alimentos crudos de los cocinados porque pueden contaminarse
  3. Cocinar correctamente los alimentos: Los alimentos cocinados a 70°C eliminan los microorganismos patógenos.
  4. Conservar los alimentos a la temperatura correcta. No dejar los alimentos a temperatura ambiente, sino almacenados por debajo de 5°C.
  5. Usar agua y alimentos aptos para el consumo: Beber agua embotellada o tratada y consumir leche higienizada.

Tratamiento

El problema viene si ya es demasiado tarde para evitarlo. Tranquilo, lo más importante es no deshidratarse. Para prevenir la deshidratación consecuencia de una gastroenteritis toxi-alimentaria, debemos consumir sueros de rehidratación que nos ayuden a reponer las perdidas electrolíticas (sales minerales). Pero ojo, ¡no todas las bebidas sirven! Cuando tenemos una diarrea, principalmente perdemos potasio y es el electrolito que debemos reponer. Sin embargo, cuando hacemos ejercicio eliminamos  sodio en exceso a través del sudor. Por tanto, las bebidas isotónicas tipo Aquarius, Isostar o similares, están destinadas a reponer las pérdidas de sodio del ejercicio, no las pérdidas de potasio. Por eso no debemos consumir dichas bebidas isotónicas en caso de diarreas, ya que no reponemos las pérdidas de potasio y, además, tienen exceso de sodio. Por eso deberemos echar mano de los sueros de rehidratación.

Una vez hayan transcurrido las primeras 24 horas seguiremos una dieta blanda en la que incluiremos alimentos como arroz hervido, purés, pan tostado, huevo duro, fruta y yogurt; pero sobre todo evitaremos las comidas ricas en fibra tipo legumbres, el café, el alcohol y las bebidas gaseosas.

Probióticos

Puede que penséis, con la de cosas que veo anunciadas en la televisión, que si la flora intestinal, probióticos, prebióticos… ¿no habrá nada que me ayude a recuperarme antes? Pues sí. Los probióticos nos ayudan a restablecer mucho antes nuestra flora intestinal. Para ponernos en contexto vamos a hablar  brevemente de la flora microbiana. Es el conjunto de microorganismos vivos que se encuentran en nuestro aparato digestivo sin causarnos ningún problema y que nos ayudan con la eliminación de los patógenos y con la síntesis y digestión de las vitaminas y los minerales. Y ¿por qué son buenos los probióticos en este caso? pues porque se tratan de microorganismos vivos que cuando se administran en la cantidad adecuada aumentan la producción de inmunoglobulina A, mejoran la función de la barrera intestinal y alteran el pH del intestino dando como resultado beneficios en los episodios diarreicos causados principalmente por una infección.

Si con estas recomendaciones no fuera suficiente, podremos recurrir al tratamiento farmacológico para mejorar los síntomas, ayudándonos de antitérmicos, antieméticos  e incluso si fuera necesario como última opción de antidiarreicos.

Ahora si, a disfrutar de las vacaciones vigilando lo que comemos y donde comemos.

Beatriz Bernabeu- Farmacéutica

Bibliografía

 www.aecosan.msssi.gob.es

 www.elsevier.es

www.portalfarma.com

www.sefac.org

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