Por fin llegó agosto, el mes más caluroso del año, y en el que estaríamos a remojo todo el día si fuese posible. Y con el calor y los largos baños en la piscina llega, también, esa maravillosa amiga que nos suele visitar todos los años; ¡sí, has acertado! Estoy hablando de la candidiasis.
¿Qué es la candidiasis?
La candidiasis es una infección fúngica cuyo principal agente patógeno suele ser Candida albicans, la cual causa más del 50% de dichas infecciones. Este microorganismo lo podemos encontrar de forma natural en la cavidad bucal y en las mucosas gástricas y genitales, entre otras, sin que ocasione ningún tipo de problema. Su crecimiento está limitado por el sistema inmune, que impide que el hongo se adhiera a las células y crezca, y la presencia de otros microorganismos como bacterias con los cuales vive en equilibrio y con el que compiten por el mismo espacio.
Cuando hay una bajada de defensas o se rompe el equilibrio existente entre hongo-bacteria, se produce un crecimiento considerable de la Candida, originando la típica infección que muchos de vosotros conoceréis, llamada vulvovaginitis (en mujeres) o baladitis (en el caso de los hombres) y la cual se presentan con síntomas como ardor, prurito y secreción espesa y blanca o incluso dolor durante la micción o el coito. Aunque esta sintomatología no tiene por qué producirse en todos los casos.
Existen multitud de causas que la pueden producir, como la utilización de antibióticos , el exceso de limpieza o el uso de productos inapropiados, la diabetes, exceso de peso, utilización de anticonceptivos (por exceso de estrógenos), estar embarazada o las infecciones por VIH, etc.
¿A quién afecta realmente?
Aunque haya empezado este post hablando de la candidiasis vaginal, ya que es mucho más frecuente en mujeres, esta patología también afecta a los hombres. “No nos libramos nadie”.
Muchos de vosotros pensaréis que la candidiasis vaginal es una enfermedad de transmisión sexual (ITS), sin embargo, no está considerada como tal ya que el microorganismo forma parte de la flora natural del ser humano y existen casos de candidiasis sin que haya tenido que darse forzosamente el acto sexual.
Sin embargo, sí que puede transmitirse por esta vía, por lo tanto durante el período de infección es aconsejable la abstinencia. Sí, habéis leído bien, he utilizado la palabra “abstinencia”. Aunque muchos penséis que estoy loco, y posiblemente sea verdad, este es el mejor mecanismo para evitar la infección.
Sin embargo, para aquellos para los que les resulte imposible adoptar este mecanismo de autocontrol, es necesario el uso del preservativo atendiendo a que durante el tratamiento habrá que tener en cuenta que esta clase de medicamentos deterioran el látex de los preservativos por lo que es más fácil que se rompan. También pueden producir el deterioro de diafragmas aumentando la posibilidad de quedarse embarazada o contraer una enfermedad de transmisión sexual (ITS).
¿Cómo se puede tratar o evitar?
Para tratarlas se suelen utilizar antifúngicos o antimicóticos, los cuales pueden ser orales o vaginales, siendo estos segundos los más utilizados. Aunque la elección del medicamento dependerá de la opinión del médico y de la gravedad de la infección. Actualmente, no se aconseja el uso continuado de antimicóticos tópicos en las parejas sino una dosis oral única para eliminar los síntomas.
A pesar de que nunca se puede evitar al 100% que aparezcan, existen algunas acciones que pueden evitar el número de eventos a lo largo del año o que los síntomas sean mucho menores:
- Probióticos vaginales: se pueden tomar tanto por vía oral como vaginal.
- Cambiar las compresas y tampones más frecuentemente.
- Bañadores mojados: los cuales crean un ambiente húmedo que favorece el crecimiento de las levaduras.
- Controlar la diabetes.
Uno de los principales microorganismos que previene el crecimiento de la candida son los Lactobacillus presentes en la vagina. Además de competir por el espacio, convierten la lactosa en ácido láctico, manteniendo un pH vaginal ácido que inhibe el crecimiento fúngico.
Existe una especie de “leyenda urbana” que aconseja a las mujeres a utilizar yogurt natural para prevenir la candidiasis y en algunos casos como tratamiento curativo. Siento decir, que no hay estudios que avalen su efectividad. Para que los Lactobacillus hagan efecto tienen que estar en concentraciones elevadas y en unas condiciones determinadas que los yogures no cumplen, ya que la mayoría de los Lactobacillus que contienen mueren antes de ser utilizados.
Algunos estudios sobre la candidiasis
Hay multitud de estudios que avalan la efectividad de los probioticos vaginales a la hora de mejorar y curar los síntomas de la vulvovaginosis producida por Candida. Ginegea Candida es un producto a base de Lactobacillus que se aplica en forma de fluido directamente en la vagina y, además de aliviar automáticamente los síntomas de la vulvovaginosis, disminuye el tiempo de curación utilizando uno al día durante cinco días. Por otro lado se puede utilizar como preventivo para evitar la infección utilizando uno a la semana durante un período de tiempo entre cinco y diez días.
Espero, que después de este rollo que he soltado, os haya quedado este tema un poco más claro. Estoy seguro que con la utilización de los probióticos vaginales y siguiendo los cuatro consejillos anteriores conseguiréis pasar lo que queda de verano sin “visitas” inesperadas, o al menos que no sean tan molestas como en años anteriores. Y si tenéis más dudas no dejéis de consultar a vuestra vecina del 5º (jajajajaj), ¡¡¡es broma!!! Consultarnos todas vuestra dudas, y que paséis buen verano.
Óscar Marín- Farmacéutico.
BIBLIOGRAFÍA
MedlinePlus
Pubmed
http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/micologia/candidosis.html
Highlights Regarding Host Predisposing Factors to Recurrent Vulvovaginal Candidiasis: Chronic Stress and Reduced Antioxidant Capacity.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27415762
Probiotics for Treatment and Prevention of Urogenital Infections in Women: A Systematic Review.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27218592
Probiotics for Treatment and Prevention of Urogenital Infections in Women: A Systematic Review.
No hay comentarios