Actualmente pasamos por una situación compleja en la cual muchos de nuestros hábitos diarios han cambiado. Uno de ellos es la importancia de lavarnos las manos con frecuencia y utilizar posteriormente el gel hidroalcoholico. Este acto nos permite lavar y desinfectar nuestras manos y disminuir la posibilidad de contagio. ¡Y debemos hacerlo!
Sin embargo, el uso continuado de sustancias como jabones y geles hidroalcoholicos así como el contacto constante con el agua puede afectar de forma negativa a la piel de nuestras manos. Haciéndola más propensa a la deshidratación, la sequedad e incluso a la aparición de grietas. Esto no significa que debamos dejar de hacerlo, sino que debemos llevar un especial cuidado y una rutina que hidrate y proteja nuestras manos.
Otros factores que también pueden agredir la piel de nuestras manos son el frío, el viento, los cambios de temperatura, el sol, la contaminación y el roce y uso diario que hacemos con ellas. ¡Son nuestra herramienta de trabajo!